¿Cuantas veces te has propuesto una meta y terminas por desanimarte en el camino?, y piensas: "mejor lo dejo para otro momento".

"Ahora" siempre es el mejor momento

Si es por ponernos excusas seguro que tienes muchísimas (haz una lista y te sorprenderás de todas las que te pones).

Te contaré un truco para lograr una meta siempre que te lo propongas:

Comienza por algo pequeño y llegará a ser algo grande

En esto consiste básicamente el Método Kaizen.

Y te preguntarás… ¿qué es el Método Kaizen?. Te explico en qué consiste:

Método Kaizen

Su origen proviene de Japón, y es un término que significa “mejoramiento continuo”: Kaizen (改善, ‘cambio beneficioso” o “mejora’ en japonés)

Para poder cambiar un hábito y que los resultados sean permanentes, es necesario hacerlo mediante acciones pequeñas y de forma continuada en el tiempo. Así, nuestro principal temor, el miedo al cambio, no entrará en acción y no nos hará desistir.

Pongamos como ejemplo que quieres hacer un cambio en tu empresa, y la quieres digitalizar. Desde luego, si nos concentramos en la meta, nos parecerá una tarea casi imposible. Tu mente empezará a boicotear a tu objetivo: que si los empleados no se van a adaptar, que si va a ser una inversión muy grande y ahora no la puedes asumir, cómo voy a dejar de usar el correo electrónico… y así entras en un bucle que tiende a infinito.

Paso a paso sin mirar la meta

Si hacemos una planificación en pequeños pasitos, sólo tendrás que concentrarte en cada paso y cuando lo hayas logrado, pasar al siguiente, siempre evitando fijarte en la meta. Cuando menos te los esperes, tu empresa se habrá transformado digitalmente.

Si quieres saber más sobre este método, te recomiendo el libro «UN PEQUEÑO PASO puede cambiar tu vida» de Robert Maurer

En definitiva, con este arte japonés dejas de tener excusas y puedes alcanzar grandes objetivos a través de pequeños pasos: vencer la timidez, escribir un libro, la transformación digital de tu empresa, comenzando por la comunicación, a través de la implantación de Laycos...

Sólo es cuestión de proponértelo.