Kanban, procede originalmente del kanji, que son los sinogramas utilizados en la escritura japonesa. De ahí: 看板, kan (看) significa ‘visual’ y ban (板) significa ‘tarjeta’.

Te cuento un poco de historia, ya que me ha resultado francamente interesante.

Tras la segunda guerra mundial, los japoneses buscaron un sistema de producción más efectivo y eficiente, que pudiese hacer frente a la precaria situación del momento que vivían. El objetivo era evitar el derroche a toda costa. En la década de los 50, Toyota, partiendo del sistema iniciado en la posguerra japonesa, desarrolló un sistema por el cual manejar flujos de materiales en una línea de producción de ensamble. Lo hizo mediante un sistema de tarjetas que imitaba el funcionamiento de un supermercado americano: “aprovisionamiento de reposición”.

Hoy en día,** Kanban** forma parte de las metodologías ágiles, y su objetivo principal se centra en gestionar cómo se van finalizando eficiente y satisfactoriamente las tareas que se emprenden.

Si quieres profundizar más en el método Kanban te recomiendo las siguientes lecturas:

• El Sistema de Producción Toyota: Mas allá de la producción a gran escala (Taiichi Ohno )
• Gestión de Tareas con Kanban: Introducción a la gestión visual del trabajo (Rafael Morales)
• Kanban. Cambio Evolutivo Exitoso para su negocio de tecnología (David J. Anderson)

5 motivos por los que usar Kanban

1. Aumentará la productividad de tu empresa. De acuerdo al sistema Kanban, ningún trabajador comenzará una tarea si no le llega una nueva Kanban, es decir, una orden de trabajo expresada en forma de tarea. De este modo, todo el mundo sabrá la cantidad de trabajo que tiene y lo que hay que hacer en cada momento.
2. Mejorará el desarrollo de proyectos. Al aumentar la productividad, mejoraremos el proceso de producción. Ésto hace que el trabajo realizado por un equipo, al mismo tiempo, arroje un mayor índice de calidad y una reducción del tiempo necesario hasta acabarlo. Sólo haremos lo justo y necesario. Sin despilfarrar energía.
3. Visualizaremos el flujo de trabajo. En Kanban es necesario disponer de un panel que nos ayude a gestionar todo, de manera visual. Al tener el trabajo dividido en secciones diferenciadas, veremos de un solo vistazo, por ej.: en qué estado se encuentra nuestra gestión de tareas en cada momento, sabremos identificar lo asignado a cada departamento o equipo, sus prioridades, su deadline…
4. Controlaremos la carga de trabajo. Kanban puede aplicarse a múltiples tareas y proyectos, además de permitirnos identificar si se sobreviene carga de trabajo innecesaria, que ralentizará el proceso de realización de lo que ya esté en curso.
5. Permitirá cambiar las prioridades de las tareas. Siempre podremos tener nuestro panel de gestión actualizado, cambiando si es necesario la prioridad de cada tarea. La flexibilidad también se contempla en este método.

¿Adivina qué? Laycos te permite implementar el método Kanban

Y lo permite a través de su funcionalidad: Tareas.

Podrás visualizar y limitar el modo de trabajo en progreso en las diferentes áreas o departamentos de tu empresa. Desde el tablero principal, de seguimiento de tareas, veremos el trabajo asignado a cada persona o departamento, ver las prioridades, hacer cambios si fueran necesarios… Como explicamos en el artículo Asignar, gestionar y hacer seguimiento de Tareas, podrás acceder al historial que originó cada tarea, desde el mismo panel. Disponer de toda la información que necesitamos para trabajar organizada en un solo sitio, es incuestionable que nos ahorrará tiempo 😉

Muchas veces, el entorno de trabajo nos obliga a ser multi-tarea. Es nuestro deber personal no dejarnos engullir y aprender a centrarnos y tratar de ser más productivos. Para ello existen metodologías como Kanban, ideadas hace décadas, que funcionaron entonces y funcionan ahora. Con ayuda de tecnología como Laycos, además, podremos ir más rápido y ser más eficientes.

Si aún no te has convencido de aplicar Kanban con Laycos, me voy a permitir citar a Peter Drucker, que fue considerado uno de los más importantes filósofos de la administración de empresa del siglo XX:

“La mejor organización no asegura resultados. Pero una estructura equivocada es garantía de fracaso”